Departamento de Estado de los Estados Unidos «La Administración Castro han deteriorado el clima de inversión en Honduras»

Honduras contiene todos los ingredientes para una economía próspera y próspera: ubicación estratégica junto a los mercados estadounidenses con un puerto de aguas profundas, una rica dotación de recursos naturales, destinos turísticos impresionantes y gente trabajadora, incluido un grupo importante de mano de obra calificada. A pesar de estas ventajas, el ingreso per cápita en Honduras es el tercero más bajo de toda América Latina. Los inversionistas citan la corrupción, el crimen, la infraestructura deficiente y el estado de derecho débil o inexistente como las razones principales por las que Honduras no atrae más inversión privada que necesita para estimular el crecimiento económico inclusivo. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB real de Honduras creció un 12,5 por ciento en 2021, un repunte de los efectos devastadores en 2020 de la pandemia de COVID-19 y los huracanes gemelos Eta e Iota. El FMI predice que la economía crecerá un 3,8 por ciento en 2022.

La toma de posesión en 2022 de la primera mujer presidenta de Honduras, Xiomara Castro, marcó el comienzo de una nueva era en la economía política del país. La participación del vicepresidente estadounidense Harris en la toma de posesión del presidente Castro ejemplificó el fuerte compromiso de Estados Unidos con Honduras. Los dos países se han comprometido a trabajar juntos para abordar las causas fundamentales de la migración, incluso combatiendo la corrupción y ampliando las oportunidades económicas.

Desde que asumió el cargo, la administración de Castro ha lanzado iniciativas para reducir la corrupción, mejorar la educación y la salud pública y crear empleos. Estos loables esfuerzos se han visto frustrados por desafíos fiscales, incluida la planificación presupuestaria y la gestión de la deuda. Aunque Estados Unidos y las organizaciones internacionales, incluido el FMI, evalúan a Honduras como de bajo riesgo de sobreendeudamiento, los mensajes públicos del gobierno anunciando una crisis fiscal sacudieron los mercados internacionales de bonos, elevando la prima de riesgo de la deuda hondureña. Para abordar estos déficits presupuestarios, el gobierno anunció que utilizará sus reservas extranjeras para financiar operaciones, lo que podría ejercer una presión inflacionaria adicional sobre la economía. Para ayudar a Honduras a implementar su agenda social sin aumentar su carga de deuda, Estados Unidos ha iniciado un programa de asistencia técnica para la gestión de la deuda con el Ministerio de Finanzas.

Tanto en el ámbito público como en el privado, la administración de Castro enfatiza la necesidad de creación de empleos e inversión privada en Honduras. El gobierno aprobó una nueva ley en 2022 para facilitar el desarrollo y formalización de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES). El sistema de gobernanza basada en resultados del gobierno y otros esfuerzos anticorrupción son excelentes ejemplos de esfuerzos para mejorar el clima de inversión. Sin embargo, desde la perspectiva del sector privado, estos esfuerzos se han visto eclipsados ​​por decisiones políticas que han aumentado dramáticamente la incertidumbre sobre el rendimiento de las inversiones. La principal de ellas fue la aprobación en mayo de 2022 de una nueva ley de energía que amenaza a los generadores de energía con la venta forzosa a un “precio justo” si no reducen sus tarifas a satisfacción del gobierno. La ley no proporciona ninguna garantía de pago futuro, estipula que la inversión en nueva energía debe ser mayoritariamente de propiedad estatal y prácticamente elimina el comercio privado de energía. Como resultado de la nueva ley, varias empresas privadas de energía han descontinuado proyectos planificados en Honduras y están explorando oportunidades de inversión en otros países de la región.

La administración Castro también eliminó las zonas económicas especiales conocidas como “ZEDE” por sus siglas en español. Las ZEDE eran en general impopulares y algunos las consideraban un vector de corrupción, pero su eliminación generó preocupación en la comunidad empresarial sobre el compromiso del gobierno con la estabilidad comercial y el estado de derecho.

Otra política gubernamental que ha contribuido a la incertidumbre en el clima de inversión ha sido la eliminación del marco legal utilizado por la mayoría de las empresas para emplear trabajadores por horas. La derogación de la ley cumplió una promesa de campaña de Castro, en respuesta a las críticas de los sindicatos de que el trabajo temporal permitía a las empresas evadir sus obligaciones de seguridad social y explotar a los trabajadores. Los representantes empresariales señalan, sin embargo, que muchas industrias, incluidas las minoristas, el turismo y los servicios alimentarios, dependen en gran medida del trabajo por horas y se verán limitadas por el nuevo marco. Los representantes de la sociedad civil también señalan que el cambio afecta negativamente a las mujeres y los estudiantes, que dependían del trabajo por horas para gestionar sus hogares y horarios escolares, aunque los líderes sindicales responden que el marco anterior permitía a los empleadores centrarse en las mujeres y los jóvenes para la explotación económica, dado que su Las circunstancias personales a menudo no les permiten aceptar un empleo a tiempo completo.

Muchos inversionistas extranjeros en Honduras operan empresas prósperas. Al mismo tiempo, todos los inversores enfrentan desafíos que incluyen electricidad costosa y poco confiable, corrupción, aplicación y cumplimiento de impuestos impredecibles, alta criminalidad, bajos niveles de educación e infraestructura deficiente. La ocupación ilegal de terrenos privados es un problema cada vez más grave en Honduras y las leyes contra la ocupación ilegal no se aplican adecuadamente. Las continuas protestas y huelgas de bajo nivel son preocupaciones adicionales para los inversores privados. A pesar de estos reveses, más de 200 empresas estadounidenses operan negocios en Honduras.

Honduras disfruta de acceso preferencial al mercado de Estados Unidos bajo el CAFTA-DR, lo que ha permitido el desarrollo del comercio intraindustrial en textiles y maquinaria eléctrica, entre otros sectores. La proximidad a los Estados Unidos y los vínculos establecidos en la cadena de suministro significan que existen oportunidades para aumentar el abastecimiento cercano a los Estados Unidos para satisfacer la demanda estadounidense de una variedad de bienes. El “Llamado a la acción para profundizar la inversión en el Triángulo Norte” de la Casa Blanca está diseñado para coordinar una mayor inversión estadounidense en la región, incluida Honduras. Este programa, junto con otros, tiene como objetivo apoyar el desarrollo económico sostenido e inclusivo en Honduras y los países vecinos.