Banco Mundial «precios de los alimentos disminuirán un 6 % en 2023 y se estabilizarán hasta el 2024»

La inflación interna de los precios de los alimentos sigue siendo alta en todo el mundo. La información recopilada entre julio y octubre de 2022 indica una elevada inflación en casi todos los países de ingreso bajo y mediano; el 83,3 % de los países de ingreso bajo, el 90,7 % de los países de ingreso mediano bajo y el 95 % de los países de ingreso mediano alto han registrado niveles de inflación superiores al 5 %, y muchos experimentan una inflación de dos dígitos. La proporción de países de ingreso alto con elevada inflación de los precios de los alimentos ha aumentado al 86,8 %.

Los índices de precios agrícolas, de cereales y de exportación cerraron en niveles similares a los de hace dos semanas: el índice agrícola cerró en el mismo nivel, el índice de los cereales disminuyó un 2 % y el índice de exportación subió un 1 %. Los precios del trigo y del maíz aumentaron un 5 % y un 19 % en términos interanuales, respectivamente, y un 25 % y un 29 %, respectivamente, con respecto a enero de 2021. El arroz se ha mantenido marcadamente estable, y su precio cerró en el mismo nivel que hace dos semanas. Los precios del arroz se incrementaron en un 10 % en términos interanuales, pero fueron un 14 % más bajos que en enero de 2021. sobre los índices de precios de los productos básicos agrícolas y de los precios de los alimentos básicos, que se actualizan mensualmente.

De acuerdo con el último informe Seguimiento de mercados del SIMA, publicado el 3 de noviembre, la incertidumbre en torno a la Iniciativa de Cereales del Mar Negro sigue afectando los precios internacionales de los granos, tal como se refleja en los marcados aumentos de los precios promedio del maíz y el trigo en octubre.

Luego de un incremento del 18 % en 2022, se prevé que el índice de precios de los alimentos del Banco Mundial disminuirá un 6 % en 2023 y se estabilizará en 2024. A pesar de la caída de los precios mundiales de los alimentos desde su punto máximo en abril, múltiples riesgos amenazan la tendencia a la baja de los precios.

Por ejemplo, las futuras perturbaciones en las exportaciones de Rusia o Ucrania y los nuevos incrementos de los precios de la energía podrían presionar al alza los precios de los cereales y del aceite comestible. La inflación y los aumentos de las tasas de interés también pueden generar riesgos para los precios de los productos básicos, ya que ejercen una presión al alza sobre el costo de la mano de obra y los materiales utilizados para la producción, el almacenamiento y el transporte de los productos básicos. Los patrones meteorológicos adversos pueden interrumpir la producción agrícola, contrayendo aún más los mercados agrícolas.

Después del inicio de la guerra en Ucrania, las políticas relacionadas con el comercio impuestas por los países han aumentado. La crisis alimentaria mundial se ha agravado en parte por el creciente número de restricciones al comercio de alimentos establecidas por los países con el objetivo de aumentar la oferta interna y reducir los precios. Hasta el 7 de noviembre, 20 países han aplicado 24 prohibiciones a la exportación de alimentos, y 8 han implementado 12 medidas de restricción de las exportaciones.

Los altos precios de los alimentos han provocado una crisis mundial que está empujando a millones de personas más a la pobreza extrema, aumentando el hambre y la malnutrición. Según un informe del Banco Mundial (i), la pandemia de COVID-19 provocó un gran retroceso en la reducción de la pobreza mundial. En la actualidad, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, impulsado por las crisis climáticas y los conflictos, ha paralizado la recuperación.

De acuerdo con un informe de la FAO y el PMA (i), es probable que el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda y que necesitarán asistencia urgente aumentará a 222 millones de personas en 53 países y territorios.

En un documento del FMI (i), se plantea que se necesita un gasto extra de entre USD 5000 millones y USD 7000 millones para ayudar a los hogares vulnerables de los 48 países más afectados por el alza de los precios de importación de los alimentos y fertilizantes. Un monto adicional de USD 50 000 millones se requiere para poner fin a la inseguridad alimentaria aguda.