Por Diego López Marina ACI Prensa
Esta tarde el Papa Francisco mantuvo un nuevo encuentro con los pueblos indígenas de Canadá, en el que dio un mensaje de reconciliación y subrayó la necesidad de “empezar de nuevo” mirando juntos a Cristo crucificado.
“Comprendo el cansancio al ver cualquier perspectiva de reconciliación en quien ha sufrido tremendamente a causa de hombres y mujeres que tenían que dar testimonio de vida cristiana. Nada puede borrar la dignidad violada, el mal sufrido, la confianza traicionada”, expresó el Santo Padre
“Y tampoco debe borrarse nunca la vergüenza de nosotros creyentes. Pero es necesario empezar de nuevo”, añadió.
El Papa Francisco dijo luego que “Jesús no nos propone palabras y buenos propósitos, sino la cruz, ese amor escandaloso que se deja atravesar los pies y las muñecas por los clavos y traspasar la cabeza por las espinas. Esta es la dirección a seguir, mirar juntos a Cristo, el amor traicionado y crucificado por nosotros; ver a Jesús, crucificado en tantos alumnos de las escuelas residenciales”.
Este lunes 25 de julio el Papa visitó la ciudad de Edmonton para reunirse con varios líderes indígenas que hace algunos meses los visitaron a Roma y que representan a los sobrevivientes de abusos en escuelas residenciales y católicas de Canadá.
El Santo Padre explicó que es “en la cruz donde el dolor se transforma en amor, la muerte en vida, la decepción en esperanza, el abandono en comunión, la distancia en unidad”.
“La reconciliación no es tanto una obra nuestra, es un don que brota del Crucificado, es paz que viene del Corazón de Jesús, es una gracia que hay que pedir”.
El Papa Francisco recordó también que “la Iglesia es la casa donde conciliarse nuevamente, donde reunirse para volver a comenzar y crecer juntos”.
“Es el lugar donde se deja de pensar como individuos para reconocerse hermanos mirándose a los ojos, acogiendo las historias y la cultura del otro, dejando que la mística del estar juntos tan agradable al Espíritu Santo favorezca la sanación de la memoria herida”, acotó.
El Papa aseguró que esa “es la Iglesia” verdadera, y “no un conjunto de ideas y preceptos que inculcar a la gente, sino una casa acogedora para todos”.
“Esta es la Iglesia —y ojalá fuese siempre así—, un templo con las puertas siempre abiertas donde todos nosotros, templos vivos del Espíritu, nos encontramos, servimos y nos reconciliamos”, agregó.