La ex primera dama Michelle Obama, junto a la fundación ultra progresista que lidera, When We All Vote, anunció un plan destinado a reclutar y capacitar a un total de 100 mil voluntarios que tendrán el objetivo de incorporar a un millón de nuevos votantes para sumar al electorado demócrata.
Obama escribió en una carta el domingo que su organización de “derechos electorales”, planea registrar a más de un millón de nuevos votantes antes de las elecciones de mitad de período de este año.
Además, en un mensaje de Twitter, Obama instó al Congreso a aprobar una legislación sobre el derecho al voto. Haciendo referencia a que “hay personas” que están dificultando la votación.
Las elecciones intermedias de 2022 tendrán importantes consecuencias políticas, ya que los demócratas intentan mantener su estrecho margen de control en el Congreso, en medio de una serie de malas decisiones llevadas a cabo por la administración Biden que han provocado grandes críticas y nuevos disidentes.
La medida también se produce cuando el Senado sigue estancado en la aprobación de la legislación federal sobre el derecho al voto que pretenden implementar los sectores progresistas del Congreso.
De hecho, entre los 100 mil voluntarios que pretenden incorporar en el plan, una parte de ellos tendrán la tarea de ponerse en contacto con senadores sobre la aprobación de leyes sobre el derecho al voto y reclutar a “miles” de abogados para supuestamente proteger el derecho al voto “en los estados donde la libertad de voto está amenazada”.
Obama indicó que los estados liderados por el Partido Republicano, incluidos Georgia, Texas y Florida, supuestamente han aprobado proyectos de ley electorales restrictivos que dificultan el voto de los ciudadanos.
Este tipo de medidas que promueve la exprimera dama y los sectores más progresistas de los demócratas, si bien pueden sonar muy bien a los oídos, muchas veces esconden por detrás intereses de poder que lejos están de la anunciada intención de otorgar derechos a los sectores más vulnerables.