El texto de la siguiente declaración fue publicado por los ministros de relaciones exteriores de los países del G7 Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos de América y la Alta Representante de la Unión Europea.
Inicio del texto:
Nosotros, los ministros de Relaciones Exteriores de los países del G7 Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos de América y la Alta Representante de la Unión Europea, denunciamos la falta de legitimidad democrática de la supuesta asunción de Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela.
Rechazamos la forma continua y represiva con que Maduro se aferra al poder a costa del pueblo venezolano, que votó a favor del cambio de manera pacífica y multitudinaria el 28 de julio de 2024, según indican observadores independientes y registros electorales de pública consulta.
También repudiamos en forma categórica la represión continua de la sociedad civil y de miembros de la oposición en Venezuela, incluida la líder opositora María Corina Machado. En septiembre, según la información más fidedigna, Edmundo González Urrutia, a quien el pueblo venezolano votó por amplia mayoría el 28 de julio de 2024, se vio obligado a huir del país.
En una democracia, ningún líder político debería verse obligado a buscar refugio fuera de su patria. Este hecho inaceptable pone de manifiesto la necesidad urgente de que en Venezuela haya un clima que permita la participación democrática sin temor a represalias.
Al igual que lo expresado por los venezolanos y la comunidad internacional, nos inquieta el desprecio persistente por parte de Maduro de los principios de gobernanza democrática, Estado de derecho y derechos humanos.
En particular, nos preocupan profundamente las detenciones arbitrarias y otros abusos contra civiles, incluidos niños y niñas, jóvenes y activistas, tras las protestas democráticas y pacíficas que tuvieron lugar después de las elecciones y que continúan hasta el día de hoy.
Nos preocupan las repercusiones que esto sigue teniendo en la estabilidad y la prosperidad de la región, incluidos los países vecinos. La población venezolana, que se enfrenta a una crisis humanitaria y a represión estatal, continúa huyendo del país en busca de mejores condiciones de vida y seguridad.
Es preciso que se alcance una solución pacífica, democrática, negociada y liderada por los venezolanos para resolver esta crisis. Mantenemos el compromiso de trabajar con los venezolanos y la comunidad internacional para asegurar que se respete la voluntad democrática del pueblo venezolano, la cual se expresó en las elecciones del mes de julio, y se establezca un proceso de transición pacífica del poder.
Fin del texto.