Parece posible, incluso probable, que invierta al menos una parte del dinero en SpaceX, la otra empresa de la que es CEO y principal accionista.
La mayor parte de los ingresos procedentes de sus US$ 16.400 millones por la venta de acciones de Tesla desde el 8 de noviembre se destinará a pagar una factura fiscal federal estimada en US$ 11.000 millones, lo que le dejará a Musk más de US$ 5.000 millones para hacer lo que considere oportuno.
Incluso si acaba pagando US$ 2.000 millones en concepto de impuesto sobre la renta adicional al estado de California, donde Tesla tuvo su sede durante la mayor parte del año cuando se le concedieron las opciones sobre las que ahora deberá pagar impuestos, Musk se quedará con unos ahorros de más de US$ 3.000 millones. Y su reciente traslado tanto de su propia residencia como de la sede corporativa de Tesla a Texas, con su nulo impuesto estatal sobre la renta, hace poco probable que tenga que pagar el máximo impuesto posible a California.
Tal vez lo más revelador: algunas notas a pie de página en la presentación que revelan los detalles de las ventas, junto con el momento de las dos últimas inyecciones de capital en SpaceX, plantean la posibilidad de que Musk esté cambiando parte de su riqueza de Tesla, que cotiza en bolsa, a acciones de su empresa privada SpaceX.
Estas operaciones son inéditas para Musk, el CEO de más alto perfil de Estados Unidos. Es la primera vez en los 12 años que Tesla ha sido pública que se queda con dinero en efectivo de la venta de las acciones de esa empresa, en lugar de vender solo las acciones suficientes para pagar las facturas de impuestos que se avecinan.
Su sincronización es buena, ya que las ventas liberan efectivo en un momento en el que Tesla lo está haciendo muy bien en el mercado, convirtiéndose en la sexta empresa de la historia en valer un billón de dólares, y elevando al propio Musk al estatus de persona más rica del planeta. Y lo hace además en un momento en que su otra empresa de alto perfil, SpaceX, está en el mercado recaudando cientos de millones en efectivo para financiar sus ambiciosos objetivos. Estos dos hechos, junto con los detalles revelados en los diversos expedientes, ciertamente plantean la posibilidad de que esté inyectando dinero en SpaceX.
Musk vendió 10,3 millones de acciones en los mismos días en que ejerció opciones para comprar otros 22,9 millones de acciones de Tesla. Las ventas tuvieron lugar en 11 días distintos repartidos entre el 8 de noviembre y el 28 de diciembre.
Esas opciones expiraban el 13 de agosto de 2022, por lo que tenía sentido que las utilizara para comprar las acciones. Pero, una vez que lo hizo, el valor de las acciones, menos el modesto precio del ejercicio, se convirtió en un ingreso gravable.
Musk vendió acciones inmediatamente después de ejercer las opciones, con la presentación ante la SEC (la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU.) señalando que las transacciones se hicieron «únicamente para satisfacer las obligaciones de retención de impuestos de la persona declarante relacionadas con el ejercicio de las opciones sobre acciones».
La inmensa mayoría de su patrimonio neto, estimado en US$ 275.000 millones, procede de los casi US$ 250.000 millones de valor de las acciones y opciones de Tesla que posee, así como de una parte de dinero de su participación no revelada en SpaceX. Si Musk iba a realizar inversiones adicionales en SpaceX, la venta de acciones de Tesla era la forma más probable de hacerlo.
El correo electrónico enviado al personal de SpaceX justo antes del Día de Acción de Gracias no es la primera vez que Musk habla de los retos financieros y la fuga de dinero que supone poner en marcha el servicio de internet de Starlink.
«SpaceX necesita pasar por un profundo abismo de flujo de caja negativo durante el próximo año o un poco más para hacer que Starlink sea financieramente viable», dijo en un tuit en febrero. «Todas las nuevas constelaciones de satélites de la historia han quebrado. Esperamos ser los primeros que no lo hagan».