Casi 50.000 migrantes llegaron a Panamá por la selva del Darién en lo que va de 2022, la meta es llegar a los Estados Unidos

Panamá vive las mayores protestas sociales en décadas desde hace tres semanas debido al alza de los precios de los alimentos, combustibles, medicinas y otros insumos vitales. Los manifestantes realizan bloqueos de carreteras y avenidas, provocando la disrupción del transporte, la recolección de basura y la cadena de provisión de víveres, entre muchas actividades básicas más.

En tanto, el flujo de migrantes por la selva del Darién va en aumento y ha alcanzado a partir de mayo pasado un promedio de 500 personas al día, alertó un informe de situación divulgado este jueves por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Los datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá indican que en lo que va de 2022 han entrado al país 48,430 personas por la peligrosa ruta migratoria de la Selva de Darién. De ellos, 7283, o el 15%, son niños y adolescentes.

Las cifras desagregadas marcan que el 58% de los migrantes son venezolanos, el 7,9% haitianos y el 5,2% cubanos, aunque hay personas provenientes de 50 países.

UNICEF destacó las dificultades que encaran los migrantes para cruzar la selva, donde también es común la violencia física y sexual, y el asalto, entre otros abusos.

Para fin de año se proyecta el tránsito de al menos 160,000 personas por la ruta del Darién, incluidos unos 32,000 niños y adolescentes, y unas 500 mujeres embarazadas.

“Pese a las acciones de control territorial del Estado, se prevé que continúen presentándose hechos de asalto y violencia sexual en la ruta de la selva”, advierte el informe de UNICEF.

El organismo reportó que unos 6500 migrantes han sido afectados por el paro nacional y se encuentran varados en las estaciones de recepción migratoria, cuya capacidad ha sido sobrepasada gravemente.

Dada la incertidumbre sobre la reapertura de las vías y la saturación de dichas estaciones, algunas personas y familias de migrantes han decidido continuar a pie su ruta hacia la ciudad de Panamá, abandonando el flujo controlado que mantiene el Estado.

Por su parte, la población local se ha solidarizado con ellos, ofreciéndoles bebidas y algunos alimentos.

Con el objetivo de aliviar la precariedad que afrontan las personas en tránsito, UNICEF ha llamado a establecer mecanismos de coordinación operativa entre Colombia, Panamá y Costa Rica que permitan informar sobre la situación del paro y las afectaciones al flujo migratorio, de modo que la población que planea iniciar el tránsito por el Darién conozca las limitantes y que los países de Centroamérica estén preparados para un flujo triplicado una vez se levante el paro.

Ante la gravedad de la situación, UNICEF enfatizó que se vaticina el colapso de los servicios de salud, justicia y protección infantil, entre otros, debido a la falta de acceso de los empleados públicos a sus lugares de trabajo y a suministros básicos.

“La población migrante seguirá ingresando a la selva pese a la información del paro nacional en Panamá y a las restricciones de movilidad. Los países centroamericanos pueden tener oleadas de migrantes que colapsarían los servicios locales durante su tránsito una vez que haya negociaciones en Panamá y se reactive el flujo migratorio”, acotó la agencia de la ONU.