Por El Mundo
Alemania impone el confinamiento de los no vacunados. La incidencia galopante de coronavirus en el país ha obligado finalmente al Gobierno federal y a los estados federados a consensuar nuevas y más fuertes medidas de contención de una pandemia, que ya se ha cobrado en el país más de 100.000 muertos y registra en estos momentos una incidencia acumulada en siete días de 429 casos por cada 100.000 habitantes.
El catálogo de acciones adoptado este jueves por la conferencia de ministros presidentes de los ‘Länder’ con la canciller saliente, Angela Merkel, y su futuro sucesor, el socialdemócrata Olaf Scholz, prioriza la vacunación sobre las restricciones, que serán especialmente dolorosas para quienes hayan decidido no inmunizarse y contribuir con ello a la solución de una situación con fuerte implicación social. La imposición a nivel federal de la llamada norma 2G -vacunados y sanados- para acceder a espacios públicos les lleva prácticamente al confinamiento.
«La situación epidemiológica es muy seria. Tenemos que romper esta cuarta ola y hasta ahora no le hemos conseguido», declaró Merkel al presentar las conclusiones de la reunión, la última que presidió antes de ceder el Gobierno al tripartido que dirigirá Scholz a partir del próximo día 8.
Merkel afirmó que los hospitales están llegando a sus límites y es necesario un «acto de solidaridad nacional». También el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, describió la situación sanitaria como la peor desde la II Guerra Mundial.