Con el lema “Perdonamos, pero no olvidamos”, la Iglesia Católica de Olancho la Sociedad civil Organizada y las autoridades del Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH) y los familiares de las víctimas de la masacre de Santa Clara y Los Horcones, conmemoran cada 25 de junio un aniversario más del crimen perpetrado contra hombres y mujeres inocentes.
Los familiares de las victimas recuerdan que en la barbarie ocurrida en la hacienda del terrateniente Manuel Zelaya Ordoñez padre del expresidente Manuel Zelaya Rosales, un 25 de junio de 1975 torturaron y asesinaron brutalmente a 14 personas incluidos dos sacerdotes, quienes libraban una lucha justa por una reforma agraria integral, que le permitiera a los campesinos, acceso a las tierras para cultivo y así poder desarrollar sus comunidades.

En la conmemoración del aniversario 47 de la repudiable masacre, centenares de personas asisten a los actos que comienzan con una misa previa el 24 de junio celebrada en el centro “18 de Julio” antes llamado “Centro Santa Clara” donde torturaron y asesinaron a 4 campesinos.
Posteriormente, siguen las actuaciones con poemas y canciones que narran los hechos ocurridos aquel fatídico día. El 25 de junio, fecha oficial de la conmemoración, se celebra una misa en la catedral de Juticalpa, en la cual, el padre que la oficia, pide a la Iglesia de Cristo no olvidar a los mártires de los Horcones y Santa Clara.
Al finalizar los actos, se realiza la tradicional coronación, en una cruz metálica instalada en la carretera pavimentada del valle de Lepaguare, frente a la hacienda Los Horcones, propiedad de Manuel Zelaya Rosales, donde fueron torturados, asesinados y tirados a un pozo de malacate los cuerpos de 6 campesinos, 2 curas, 1 estudiante de trabajo social de la UNAH y una ciudadana colombiana, cuñada de uno de los sacerdotes.
Ese 25 de junio de 1975, en horas de la tarde, el padre Iván Betancourt, acompañado de las señoritas Ruth Argentina García Mallorquín y María Elena Bolívar Vargas, llegaron al valle de Lepaguare en donde fueron capturados por el subteniente Benjamín Plata, quien llevó detenido al padre Batancourt, mientras el sargento Eugenio Alemán conducía el vehículo del sacerdote y a las señoritas García Mallorquín y Bolívar Vargas.
Ya entrada la noche se trasladaron a la hacienda Los Horcones, la cual desde el 24 de junio había sido ocupada por un pelotón al mando del subteniente Benjamín Plata”.
Después de la 10 de la noche de ese 25 de junio fueron sacados del presidio de Juticalpa: Roque Ramón Andrade, Bernardo Rivera Irías, Óscar Ortiz Ruiz, Lincoln Coleman, Juan Benito Montoya y el sacerdote Michael Jerome Zypher, quienes fueron conducidos en un vehículo pick-up, color rojo, propiedad del sargento David Artica Tablada, jefe del presidio de Juticalpa” hacia el valle de Lepaguare.
En la hacienda tenían a todos los detenidos, el mayor Chinchilla ordenó a tres elementos del Departamento de Investigación Nacional que interrogaran a los detenidos, los que posteriormente fueron ejecutados”.

Los culpables de aquella masacre, entre ellos: los militares José Enrique Chinchilla y Benjamín Rodolfo Plata y los terratenientes Manuel Zelaya Ordóñez y Carlos Bahr, a pesar de haber sido condenados fueron indultados y con ello se perdió la esperanza de Justicia.
Los involucrados fueron encarcelados en la Penitenciaría Central y condenados a 20 años de prisión, pero recobraron su libertad el 11 de septiembre de 1980, favorecidos por un decreto de amnistía e indulto promulgado por la Asamblea Nacional Constituyente.
Al día de hoy las tierras de la hacienda “Los Horcones” están ociosas porque los grandes terratenientes del país siguen acaparando la tierra, y a lo largo y ancho del país siguen muriendo campesinos.
Muchos dirigentes del Partido Demócrata Cristiano perdieron a sus padres y abuelos en la condenable masacre, ellos con su dolor y luto permanente porque no se penalizó a nadie no guardan rencor, caso contrario invitan a respetar la vida, a luchar por el bien común, a ser solidarios y apoyar las causas justas.
Los mártires de Santa Clara y Los Horcones fueron: Óscar Ovidio Ortiz, Máximo Aguilera, Juan Benito Montoya, Alejandro Figueroa Roque, Ramón Andrade, Bernardo Rivera, Francisco Colindres, Fausto Cruz, Arnulfo Gómez, Lincoln Coleman, Casimiro Cipher (Sacerdote Franciscano), Iván Betancourt (Sacerdote Salesiano), Ruth Mayorquín, María Elena Bolívar ¡!Y en su honor, perdonamos pero no olvidamos!, reza un mensaje tallado en la gran Cruz puesta frente a la hacienda «los Horcones».

El Padre Casimiro Cipher provenía de una familia pobre de los Estados Unidos. Su obra y su andar por el mundo dan testimonio, reflejaba una gran sencillez que en los escasos dos años que estuvo en Olancho se ganó la simpatía de todos los que lo conocieron. Era un hombre muy alegre y se sentía feliz de poder estar al servicio del pueblo sencillo y pobre de la parroquia de Gualaco y de San Esteban en el departamento de Olancho.
María Isabel Betancourt sobrina del Padre Iván escribió en sus redes sociales «gracias a dios y a mi tío el sacerdote padre Iván Betancur Betancourt, Mártir de Olancho, nosotros los fredonitas ( ciudadanos del municipio de Fredonía, Antioquia, Colombia ) también celebramos este acontecimiento con una misa en memoria de todos los mártires.