A finales de junio las dependencias de la ONU han registrado 10.631 bajas civiles en Ucrania: 4731 muertos y 5900 heridos, informó este martes secretaria general adjunta para Asuntos Políticos al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En una sesión del máximo órgano resolutivo sobre Ucrania, Rosemary DiCarlo agregó que esas cifras responden a incidentes verificados, aclarando que los números reales son más elevados.
Además de las muertes, en las últimas semanas se ha producido gran devastación, con ciudades y pueblos arrasados y gran parte de la tierra cultivable destruida por los bombardeos, apuntó.
“Y este horrible conflicto, una fuente abierta de inestabilidad en Europa, no tiene visos de disminuir”, alertó.
La alta funcionaria se refirió específicamente al ataque con misiles supuestamente rusos a un centro comercial en Kremenchuk, en la región de Poltava, y pidió una investigación. En esa ocasión 18 civiles murieron y 59 resultaron heridos.
DiCarlo advirtió sobre las consecuencias funestas de esta guerra no sólo en Ucrania y en la región inmediata, sino mucho más allá del escenario bélico.
“La guerra está exacerbando la mayor crisis del costo de vida en una generación”, subrayó, citando al Secretario General de la ONU.
Recordó que las crisis de precios en los mercados mundiales de alimentos, energía y fertilizantes están aumentando, en un mundo que ya tiene suficiente con la pandemia de COVID-19 y el cambio climático.
“Para hacer frente a esta amenaza multidimensional, se necesita ante todo una fuerte voluntad política en toda la comunidad internacional, al igual que un enfoque integral”, sostuvo.
Parafraseando una vez más a António Guterres, añadió que para quienes están sobre el terreno, el conflicto trae nuevos derramamientos de sangre y sufrimiento todos los días, mientras que para el resto del mundo, la guerra junto a las demás crisis, amenaza con desatar “una ola de hambre y miseria sin precedentes, dejando a su paso un caos social y económico”.
“Ningún país o comunidad quedará intacto”, advirtió.
“El ciclo de muerte, destrucción, dislocación y perturbación debe detenerse. Por el bien de Ucrania, Rusia y el mundo entero”, puntualizó DiCarlo.