La guerra en Ucrania puede provocar un “huracán de hambre” y colapsar el sistema alimentario global: Guterres

“Cada hora que pasa, dos cosas quedan más y más claras: la primera es que la situación empeora, y la segunda es que, independientemente del resultado, esta guerra no tendrá ganadores, sólo perdedores”, aseveró este lunes el Secretario General de las Naciones Unidas en una comparecencia ante la prensa en la que destacó las implicaciones mundiales de la ofensiva militar rusa en Ucrania.

António Guterres se refirió en detalle y con gran alarma a la devastación y sufrimiento de la población ucraniana para luego enfatizar que esta guerra, tiene además otra dimensión que las hostilidades eclipsan y que tiene un trágico alcance mundial.

“Esta guerra va mucho más allá de Ucrania. También es un ataque a las personas y los países más vulnerables del mundo. Mientras la guerra llueve sobre Ucrania, una espada de Damocles se cierne sobre la economía global, especialmente en el mundo en desarrollo”, advirtió, aludiendo a la situación en que se encontraban ya antes del conflicto los países en desarrollo debido a la pandemia de COVID-19, la inflación récord, las tasas de interés al alza y el endeudamiento.

Tras señalar que estos factores han eliminado la capacidad de respuesta de esos países, recalcó que ahora, “su granero es bombardeado”.

Guterres refirió que Rusia y Ucrania representan más de la mitad del suministro global de aceite de girasol y alrededor del 30% del trigo mundial y que Ucrania proporciona más de la mitad del suministro de ese cereal al Programa Mundial de Alimentos, la mayor agencia humanitaria del planeta.

Apuntó que los precios de los alimentos, combustibles y fertilizantes se disparan y las cadenas de suministro se interrumpen mientras los costos y demoras del transporte de suministros importados, cuando están disponibles, se encuentran en niveles récord.

“Todo esto está afectando más a los más pobres y está plantando las semillas de la inestabilidad política en todo el mundo”, advirtió.

Especificó que 45 países africanos y menos desarrollados importan al menos un tercio de su trigo de Ucrania o Rusia y que 18 de ellos importan al menos el 50%. Entre esas naciones nombró a Burkina Faso, Egipto, República Democrática del Congo, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.

“Debemos hacer todo lo posible para evitar un huracán de hambre y el colapso del sistema alimentario mundial”, clamó el titular de la ONU.

Por otra parte recalcó cómo la guerra en Ucrania muestra la adicción global a los combustibles fósiles, colocando a merced de la geopolítica la seguridad energética, la acción climática y la economía mundial en su conjunto.

Añadió que una mayor escalada de la guerra, “sea por accidente o por diseño”, supondría una amenaza para toda la humanidad.

“Elevar el nivel de alerta de las fuerzas nucleares rusas es un acontecimiento escalofriante. La perspectiva de un conflicto nuclear, antes impensable, ahora vuelve a ser una posibilidad”, puntualizó e instó a preservar la seguridad y la protección de las instalaciones nucleares.