Extraditan de México a Estados Unidos a «doña Lupe» una «coyota» jefa de organización criminal de tráfico de personas que tiene contactos en Honduras

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos y su Oficina de Asuntos Públicos informaron que por medio de esfuerzos asiduos de coordinación y cooperación entre las autoridades de aplicación de la ley de Estados Unidos y México posibilitaron la extradición de una contrabandista de personas que presuntamente operó durante varios años en Mexicali, en la frontera entre Estados Unidos y México, como parte de una conspiración internacional de contrabando de personas.

En marzo, Ofelia Hernández-Salas, de 61 años, fue detenida en México en virtud de una solicitud de extradición de Estados Unidos y el 5 de septiembre fue entregada por México a las autoridades de EE. UU. para enfrentar cargos que habían sido previamente presentados en el Distrito de Arizona y que se dieron a conocer públicamente en marzo. Está previsto que tenga su primera comparecencia ante la justicia federal hoy más tarde en Phoenix, Arizona.

“Esta extradición es el resultado de la coordinación continua entre el Departamento de Justicia y nuestros socios mexicanos de aplicación de la ley para llevar ante la justicia a contrabandistas de personas que se aprovechan de la situación desesperada de los migrantes y menoscaban el Estado de derecho”, señaló la fiscal general adjunta interina Nicole M. Argentieri de la División Penal del Departamento de Justicia. “Es otro ejemplo del trabajo con alto impacto que la Fuerza Operativa Conjunta Alfa está llevando a cabo para desarticular operaciones delictivas peligrosas y desmantelar a organizaciones de criminalidad transnacional actuando contra sus líderes, dondequiera que operen”.

Según documentos judiciales, Hernández-Salas supuestamente conspiró con otros contrabandistas para facilitar el viaje de un gran número de migrantes a Estados Unidos desde Bangladés, Yemen, Pakistán, Eritrea, India, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán, Rusia, Egipto, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México, así como a través de estos países. Hernández-Salas y otro implicado en la conspiración, Raúl Saucedo-Huipio, de 48 años, presuntamente cobraban a los migrantes sumas de hasta decenas de miles de dólares para llevar a cabo el viaje e indicaban a los migrantes dónde cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos, incluso proporcionándoles una escalera para trepar la valla en la frontera. Hernández-Salas y los demás implicados en la conspiración también habrían robado dinero y pertenencias personales a los migrantes utilizando armas de fuego y navajas.