La sesión de hoy volvió a revelar las divisiones en el Consejo de Seguridad, pese a que sus integrantes insisten en la importancia de la unidad.
En esta ocasión, Francia, convocante de la reunión, fue el primer país en el turno al micrófono, que su embajador ante la ONU usó para condenar los ataques iraníes a Israel y para destacar la violación israelí de la soberanía de Líbano con su incursión terrestre.
Nicholas de la Rivière señaló la obligación de implementar a cabalidad la resolución 1701 y de permitir que la población desplazada regrese a su casa.
Del mismo modo, instó a un alto el fuego en Gaza e insistió en la solución de dos Estados, pidiendo unidad en el Consejo de Seguridad para desescalar la situación en Medio Oriente.
La embajadora de Estados Unidos secundó el llamado francés a que el Consejo hable al unísono, aunque pidió esta unidad sólo para actuar de inmediato con respecto a Irán.
“Es el momento de que este Consejo se pronuncie, con una sola voz, y condene a Irán por su ataque no provocado contra otro Estado miembro. Y, lo que es igualmente importante, de que imponga graves consecuencias al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán por sus acciones”, apuntó Linda Thomas-Greenfield.

Según la embajadora, Irán fue cómplice de los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre y ha ignorado la advertencia estadounidense de no impulsar una guerra regional. Al contrario, ha alentado a los grupos armados en esa zona del mundo, añadió.
Por su parte, el embajador israelí señaló que los ataques iraníes de ayer contra su país fueron un “acto de agresión sin precedentes”, que forzó a millones de personas a guarecerse en refugios antiaéreos.
Tras comparar la acometida iraní con los bombardeos alemanes a Londres en la Segunda Guerra Mundial, Danny Danon agregó que fue “un intento deliberado de atacar el corazón mismo de nuestra sociedad, apuntando a los lugares más sagrados de Israel”, entre ellos mezquitas, sinagogas e iglesias.
Danon dibujó la realidad diaria de Israel como de terror en las fronteras, con misiles sobre la cabeza y balas en las calles.
“Estamos bajo ataque”, insistió el representante israelí.