El telescopio espacial James Webb había completado el último paso de su despliegue cuando el observatorio abrió su enorme espejo dorado en forma de flor el fin de semana del 8 de enero.
Según Associated Press, la última parte del espejo de 6,5 metros se colocó en su lugar a la orden de los controladores de vuelo, completando el despliegue del telescopio espacial lanzado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Estados Unidos el día de Navidad, el 25 de diciembre.
“Qué hito tan asombroso. Ahora vemos ese hermoso patrón en el cielo”, dijo el jefe de misiones científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen, felicitando al equipo.
“Tenemos un telescopio desplegado en órbita, un magnífico telescopio como nunca se ha visto en el mundo”, dijo Zurbuchen. “¿Qué se siente al hacer historia, todos? Lo acaban de hacer”.
El espejo, al que los científicos llaman “ojo de dorado”, es el más grande y sensible jamás lanzado. La NASA equipó el Webb, de 10.000 millones de dólares, con el espejo para ayudar a escanear el cosmos en busca de la luz procedente de las primeras estrellas y galaxias formadas hace 13.700 millones de años.
El espejo primario del telescopio es de berilio, un metal ligero pero robusto y resistente al frío. Tiene 18 segmentos, cada uno de los cuales está recubierto con una capa ultrafina de oro, altamente reflectante de la luz infrarroja. Los segmentos se ajustarán para enfocar como uno solo las estrellas, las galaxias y los mundos extraterrestres.