Por: Olban Valladares
Según la mitología Maya, Doña Xiomara tiene los astros alineados y si esta figura tiene el significado que tenía para nuestros antepasados, los próximos cuatro años reservaran una oportunidad dorada para que su nombre brille en las páginas de la historia, como lo hace “Dieciocho Conejos”, en las escrituras de Copan.
La mitad del electorado hondureño deposito´ en doña Xiomara, su confianza en el sentido de que, como mujer al mando de la Nación, responderá a las promesas que hizo en su campaña.
La otra mitad del electorado (que es una porción demasiado importante para la gobernabilidad del país), no obstante, ciertas reservas, particularmente, sobre su poca experiencia ejecutiva; su presunta dependencia del criterio de su esposo, personaje con poder decisorio en Libre y lógicamente en el próximo gobierno; esa otra mitad decimos, después de serias reflexiones, aun así, ha depositado sus esperanzas en ella, confiando en que sabrá identificar las variadas circunstancias adversas y encontrar soluciones siempre que sea tenazmente tolerante a la crítica constructiva y sepa asimilar las orientaciones sabias y los consejos oportunos de sus más calificados allegados. Doña Xiomara puede llegar a esculpir su nombre en los cimientos de la nueva Honduras que más de 9 millones de habitantes anhelamos.
Un gobernante perfila su capacidad para administrar recursos humanos, necesarios para el desarrollo de una sociedad, desde el instante mismo en que estructura su gabinete de gobierno. Si su selección nace de impulsos cardiacos o de afectos personales y no del razonamiento cerebral; si se imponen sus compromisos u ofertas personales de chamba en campaña, por sobre la urgente necesidad del país de depositar su futuro en manos de sus más calificados ciudadanos, hombres y mujeres de reconocida capacidad profesional, probidad y entrega, entonces el pueblo hondureño seguirá gimiendo, como advierte la Biblia.
Dos aspectos debe aclarar la señora Castro. Aspectos que han sido piedras de discordia entre la hondureñidad y que, aunque a ella no se le ha oído pronunciarlos, sus partidarios más efervescentes si lo han hecho hasta en documentos que amenazan con convertirse en el catecismo de un nuevo Estado.
Es importante definir lo que quieren decir algunos ideólogos del nuevo gobierno con “Estado Socialista”. ¿Socialismo de cuál?
-Remedo del sepultado Socialismo Soviético?
-Copia burda del Socialismo desteñido de la China Continental convertido ahora en Capitalismo de Estado?
-Rescate inútil del fenecido Socialismo del Siglo XXI ignorando los destrozos provocados en países hermanos?
O se pretende adoptar un modelo inteligente como el Socialismo Democrático alemán o el español o de otros países desarrollados de Europa Occidental.
Y finalmente, díganos Presidenta, porqué la insistencia en una Constituyente, como si ésta Constitución, fuera la mala, la obsoleta, la injusta y no los funcionarios ineptos, venales, abusivos, ladrones y corruptos que han manejado este país como mercado persa. Si tienen algo mejor, que lo redacten y lo hagan público.
No enciendan nuevamente las mechas de la discordia.