El Gobierno del Presidente Nayib Bukele recibió el respaldo de la Asamblea Legislativa para prohibir, por 90 días, el desarrollo de conciertos, mítines, eventos deportivos abiertos al público y las fiestas patronales, una decisión con criterio sanitario para reducir la probabilidad de contagio de COVID-19 en eventos masivos en todo el país.
Desde el pasado 25 de junio la curva epidemiológica de los casos de contagio de COVID-19 en El Salvador ha ido aumentando y esa tendencia se ha mantenido a la fecha.
Cada día son detectadas más de 200 personas contagiadas con el virus, por ello las autoridades están implementando la restricción para cortar la propagación.
Los eventos multitudinarios como partidos de fútbol o de otros deportes con público en los estadios y los carnavales son los lugares más propicios para la propagación de COVID-19 porque las personas que asisten dejan de lado las medidas sanitarias y el distanciamiento físico.
Al mismo tiempo que el gobierno salvadoreño admite el mal manejo de la pandemia ésta decisión de Bukele redujo la circulación de ciudadanos salvadoreños en otros países de Centroamérica, cancelaron sus reservaciones en Guatemala Honduras y Nicaragua, estos países reportaron una disminución del 60 por ciento en divisas para la hotelería, el sector extrañó a los vacacionistas porque se había convertido en costumbre el recibimiento de los turistas que llegaban a disfrutar su feriado agostino.