Hernández denuncia un tsunami de falsos testimonios vertidos por narcotraficantes en cortes de Estados Unidos a cambio de beneficios judiciales.

Honduras ha bajado el tráfico de drogas en un 95 %: presidente Hernández en la CELAC

Exposición del presidente de Honduras

Hermanos latinoamericanos: hay realidades comunes que nos afectan a todos y de las que podemos aprender de cada una de nuestras experiencias. Hoy quisiera tocar la difícil y cruel realidad que afecta a todos nuestros países en materia de la inseguridad, el crimen transnacional y el narcotráfico.

En mi país hay algunas lecciones que hemos aprendido y es mi deber como ciudadano latinoamericano y del mundo compartirlas con ustedes.

Antes de que yo asumiera la Presidencia, Honduras tenía la tasa de asesinatos más alta del mundo. El nivel de violencia criminal estaba directamente relacionado con el paso de la droga por mi país. Un narcotráfico que operaba casi con impunidad.

La razón era que varias instituciones hondureñas esenciales –incluida la Policía– estaban muy penetradas y corrompidas por los cárteles de la droga.

Los datos oficiales de las agencias estadounidenses determinaron en 2013 que el 87% de la cocaína que entraba en ese país pasaba primero por Honduras.

Hoy esas mismas agencias estadounidenses informan que bajo nuestro Gobierno esa cifra se ha reducido a menos del 4%.

Para enfrentar la crisis en la seguridad pública –para contraatacar– apliqué medidas duras, y funcionó.

Esto fue posible porque antes de llegar a la Presidencia tuve la oportunidad de servir como presidente del Congreso Nacional de Honduras y desde entonces habíamos librado la batalla para ganar la aprobación de la creación de nuevas herramientas poderosas y necesarias, como la extradición, la confiscación de activos criminales, presupuesto especial y una fuerza de seguridad pública adicional equipada para luchar contra los cárteles.

Los extraordinarios resultados han sido reconocidos internacionalmente y de forma independiente.

Los datos oficiales de las agencias de Estados Unidos muestran que logramos una reducción sin precedentes del 95% del tráfico de drogas a través de Honduras.  Y más de 40 criminales acusados fueron enviados a la custodia de EE.UU., ya sea por extradición, entrega o captura. Así logramos lo más importante: una reducción del 57% en la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes.

Nuestras duras acciones contra el crimen organizado, también han significado –óiganme y les explicaré su relevancia que, bajo mi Gobierno, y por primera vez, haya literalmente docenas de narcos hondureños vengativos en las cárceles de Estados Unidos.

Piensen en ello porque es importante entender lo que eso significa: docenas de narcos hondureños vengativos, cuya cultura es el ajuste de cuentas, pero ya encerrados en las cárceles de Estados Unidos, donde la única arma poderosa que sigue en sus manos es su disposición a dar falsos testimonios. Solían apuntar las balas a sus enemigos. Ahora les apuntan con mentiras.

Una vez que se entiende eso se resuelve el rompecabezas de por qué ahora, después de que nuestro Gobierno desmanteló los principales cárteles para lograr una reducción del 95% del tráfico, hay un tsunami de testimonios falsos en los tribunales del Distrito Sur de Nueva York.

Muy sencillo, para las decenas de narcos hondureños que enfrentan una condena en EE.UU. –vale la pena repetir: algo que nunca se ha logrado bajo ningún Gobierno hondureño anterior–, su única esperanza para estos tipos es hacer tratos con los fiscales estadounidenses, y por esa razón dirán cualquier cosa.

Que estamos presenciando un perjurio sistemático a gran escala no es sólo un resultado predecible de las contradicciones que estamos viendo; además, ahora podemos decirlo sin duda o vacilación, que es un hecho probado para el que hay pruebas irrefutables que fueron generadas por una importante agencia del Gobierno estadounidense: existen grabaciones de los narcos, realizadas en secreto por la DEA, y presentadas en los tribunales de los Estados Unidos, que refutan y desenmascaran directamente los falsos testimonios realizados por los narcos como testigos cooperantes en el tribunal federal estadounidense del Distrito Sur de Nueva York.

La DEA hizo grabaciones secretas en 2013 a los mismos narcos que hace muy poco dieron falso testimonio en la corte de que en ese momento, en 2013, tenían un acuerdo (así lo dicen ahora) con el entonces candidato Juan Orlando Hernández.

Por supuesto, eso no es cierto.  Nunca tuvieron ningún trato ni protección de nuestra parte, lo cual ya debería ser obvio porque estos narcos y sicarios están en la cárcel como docenas de su clase. Y ahora por las grabaciones secretas de la DEA el mundo sabe cómo un hecho que desde la cárcel están mintiendo a la corte de Estados Unidos. 

No es sólo que las grabaciones de la DEA proporcionen pruebas irrefutables y contemporáneas de que no tenían ningún trato, lo que en sí demuestra que su testimonio es falso.  Lo que es igual de importante es que las grabaciones dibujan una escena que está en dramática contradicción con la narrativa de los medios de comunicación que a veces se basa completamente en los falsos testimonios.

Las grabaciones secretas de la DEA revelan la realidad que los narcos estaban frustrados por su incapacidad de acercarse al candidato Juan Orlando Hernández –quejándose repetidamente entre ellos de que yo no era alguien con quien pudieran tratar, y que era «arisco”, “bien arisco”, “súper arisco» — hasta que discutieron asesinarme y ahí están las grabaciones.

De hecho, todas las personas de esa reunión terminaron en la cárcel en Estados Unidos. Y lo único que les queda por hacer ahora es comparecer ante el tribunal, esposados y dando falso testimonio, esperando ser recompensados por sus mentiras, o al menos tener la satisfacción de la venganza.

El acceso a las grabaciones secretas puede ser nuevo, pero no son más que una confirmación más de lo que ya se sabía.

Según el New York Times, apenas diez días después de nuestra victoria en las elecciones presidenciales de 2013, los narcotraficantes grandes llamados los Cachiros volaron a Belice para reunirse con la DEA y los fiscales federales para negociar su eventual entrega.

Eso ya lo sabíamos.  Pero las grabaciones de la DEA proporcionan el sabor y el contexto.  Fue dos días antes de que los Cachiros volaran a Belice, que tenemos en una grabación secreta la auténtica y espontánea reacción de los narcos a la elección del presidente Hernández, –ellos sabían que iría tras ellos.

Como un narco lo expresó sucintamente en la grabación: «Ahora nos va a joder». Perdón, pero eso fue lo que dijeron.

Los narcotraficantes sabían que no tenían ninguna posibilidad de pactar conmigo y sabían que como presidente sería implacable.

Así que los Cachiros (que ya trabajaban para la DEA, al mismo tiempo que hicieron sus crímenes impunemente, vivían como reyes, y hasta recibieron contratos millonarios del Estado para hacer obras públicas) decidirían que la mejor opción que les quedaba después de mi elección era negociar su entrega a los Estados Unidos, que significaría abandonar su multimillonario imperio criminal y pasar el resto de sus vidas en una fría celda de una prisión extranjera.

A diferencia de los falsos testimonios que dan en los tribunales, la realidad es que muchos narcos huyeron de Honduras y se entregaron a los Estados Unidos porque entendieron exactamente lo que les iba a pasar, porque entendieron por mis acciones que yo hablaba en serio.

Y si uno ve lo que hicimos, las medidas que adopté y cómo las hice, también sabe que estas acciones mías nunca las haría ningún líder involucrado en el narcotráfico o que puedan ser intimidados o comprometidos por los cárteles.

¿Cómo logró Honduras la reducción sin precedentes del 95% pasando por su territorio? Hay dos lecciones para otros países:

La primera lección, que es innegable, es que las acciones duras y audaces no son fáciles, pero funcionan.

– Con nuestra Fuerza Aérea pusimos un escudo aéreo para enfrentar los narco aviones.

– Crear dos nuevas fuerzas de seguridad, odiadas y temidas por los narcos porque no las controlaban: la fuerza de gendarmería PMOP y la ATIC dirigida por la fiscalía independiente, el Ministerio Público/FGR.

– Habilitar a un panel independiente de la sociedad civil para depurar la Policía que los narcos habían corrompido, eliminando finalmente a la mitad de la fuerza policial nacional y a la mayoría de sus mandos.

– Luchar contra la poderosa resistencia y las amenazas de muerte para aprobar, y luego implementar agresivamente, tanto la extradición de narcos como la confiscación de activos criminales, ambas por primera vez en la historia moderna de Honduras, y construir nuevas cárceles de más seguridad.

– Trabajar estrechamente con los países aliados, y hoy quiero agradecer a México, a Colombia, a Chile, y a los países del Sistema de Integración Centroamérica.

– Coordinar nuestra lucha antinarcótica con el país amigo que es el mercado de consumo más grande del narcotráfico, de tal manera que los altos mandos de la DEA, el Comando Sur, Seguridad Nacional y otros, reconocieron públicamente al presidente Hernández y al Gobierno de Honduras como socios confiables y efectivos de los Estados Unidos.

– Persiguiendo agresivamente a narcos mortales como los Cachiros hasta que fueron extraditados o entregados a la custodia de Estados Unidos, donde llegaron por docenas.

¿Cuáles son los resultados?  Los datos oficiales de EEUU en informes del Comando Sur y del Departamento de Estado muestran que desde 2013 la proporción de cocaína que pasa por Honduras hacia EEUU se redujo del 87% a menos del 4%.

Pero hay una segunda lección para otros países.  Y cualquier líder debe entender y aceptar esta realidad:

Cualquier Gobierno que ataque agresivamente a los narcos y a sus activos criminales, que coopera y se asocie estrechamente con los EE.UU., que ponga a docenas de narcos en las cárceles de EE.UU., que reduzca el tráfico de drogas en un 95% y que arrebate el control criminal de las fuerzas de seguridad, como ha hecho Honduras, debe prepararse, tendrá que prepararse, para un tsunami de testimonios falsos en los tribunales de EE.UU.

Nunca debemos olvidar que lo que Honduras logró durante nuestro Gobierno es gracias a los valientes policías, soldados, fiscales, jueces y otros funcionarios y dirigentes, muchos de los cuales hicieron el máximo sacrificio, entregar su vida.